jueves, 4 de febrero de 2016

Diez principios de plantación de iglesias

Diez principios de plantación de iglesias

 urbanas transculturales


  1. Jesús es Señor. (Mt. 9.37-38) Toda actividad de plantación de iglesias es efectiva y fructífera bajo la cuidadosa protección y el poder del Señor Jesús, ya que Él mismo es el señor de la cosecha.
  2. Evangelizar, Equipar y Capacitar a los no alcanzados para que alcancen a la gente (1 Ts. 1. 6-8). Nuestra meta al alcanzar a otros para Cristo no es únicamente la conversión sólida de los mismos, sino también la multiplicación dinámica; aquellos que son alcanzados deben ser entrenados para alcanzar a otros.
  3. Ser inclusivo: el que quiera puede venir (Ro. 10.12). Ninguna estrategia debería impedir que alguna persona o grupo entre al Reino a través de Jesucristo por la fe.
  4. Ser culturalmente neutral: venga tal como es (Col. 3.11). El evangelio no demanda que las personas cambien su cultura como un prerequisito para venir a Jesús; pueden venir tal como son.
  5. Evitar una mentalidad amurallada o de fortaleza (Hch. 1.8). La meta de las misiones no es crear un castillo inexpugnable en el medio de una comunidad no creyente, sino una agencia dinámica del evangelio la cual envía testigos de Jesús dentro y hasta los mismos confines del mundo.
  6. Continuar evangelizando para evitar el estancamiento (Ro. 1.16-17). Se debe seguir buscando nuevos horizontes teniendo la visión de la Gran Comisión en mente; procurar un ambiente donde se pueda dar un testimonio vehemente de Cristo.
  7. Superar las barreras raciales, sociales, de género j de idioma (1 Co. 9.19-22). Use su libertad en Cristo para encontrar formas nuevas y confiables para comunicar el mensaje del evangelio a aquellos que estén muy alejados del espectro cultural de la tradición de la iglesia.
  8. Respetar el dominio de la cultura receptora (Hch. 15.23-29). Permitir que el Espíritu Santo encarne la visión y la ética del Reino de Dios en las palabras, lenguaje, costumbres, estilos y experiencia de aquellos que se han aferrado a Jesús como su Señor.
  9. Evitar la dependencia (Ef. 4.11-16). No debemos actuar como padrinos ni ser demasiados mezquinos con las congregaciones crecientes; no debemos menospreciar el poder del Espíritu en medio incluso de las asambleas cristianas más pequeñas. Las mismas pueden cumplir la obra de Dios en sus comunidades.
  10. Pensar en forma reproductiva (2 Ti. 2.2; Fil. 1.18). En cada actividad y proyecto que inicie, piense en términos de equipar a otros para que hagan lo mismo, manteniendo su mente abierta en cuanto a los medios y fines de sus esfuerzos misioneros.

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